Ventajas y desventajas de una de las posibles herramientas utilizadas en la educación.
Una buena manera de motivar a nuestros alumnos y conseguir el aprendizaje significativo en ellos es siendo innovador en la sala de clases.
En la actualidad, la influencia del cine en el mundo infantil ha alcanzado un nivel tan alto que es necesario cuidar la educación del niño ante esta nueva forma de expresión que es el lenguaje cinematográfico. Podríamos decir que este lenguaje constituye un medio de expresión tan generalizado como el lenguaje hablado y más importante para el niño que el lenguaje escrito.
Tal vez la explicación de esta preferencia esté en el hecho de que, para el niño, las imágenes cinematográficas significan, no una expresión de la realidad, sino la realidad misma, la realidad de las personas que se mueven y hablan de la misma forma que lo hacen las que integran su mundo infantil. La movilidad de las imágenes y las condiciones de aislamiento visual y auditivo que se dan ante una pantalla cinematográfica, hacen que el niño se entregue al impacto y a la sugestión de las mismas.
Ahora bien, en esta entrega a la imagen cinematográfica y, por tanto, a su impacto y sugestión, existen ventajas y desventajas. Dado que la influencia del cine es un hecho real, quizá sea importante destacar las desventajas para después intentar buscar soluciones adecuadas que hagan de esta influencia un factor positivo en el desarrollo infantil. Señalaremos como más significativos los siguientes hechos:
Las imágenes aparecidas en la pantalla ejercen en la vida del niño una sugestión de tipo hipnótico, lo que hace que las vivencias que registra la mente infantil sean captadas tal cual, sin ofrecer ninguna resistencia y, por lo tanto, sin realizar ningún trabajo mental.
La pasividad con que son aceptadas dichas vivencias condiciona la conducta del niño, acostumbrándole a no pensar; por otra parte, la gran cantidad de imágenes y sucesos que son suministrados, pueden ser perjudiciales, porque la capacidad de asimilación es limitada en el niño.
El contenido de las películas es aceptado sin ninguna crítica por parte del niño. El tanto por ciento más importante de la temática de las películas es el amor, seguido del crimen y de los problemas sexuales.
Estos temas que acaparan el contenido de todas las películas, no son únicamente nocivos en sí mismos, sino por cuanto exponen una parte sola de la realidad, la mayoría de las veces falseada en forma tendenciosa, al presentar unos personajes que carecen totalmente del sentido de responsabilidad. El niño, con su gran tendencia a la imitación, corre el peligro de imitar unos personajes no asequibles para él ni para su mundo.
La comprensión del lenguaje cinematográfico requiere un esfuerzo mucho mayor para el niño que para el adulto, y por ello el niño se acostumbra a ir haciendo suyas, aun sin comprenderlas, montones de imágenes y, a la larga, esto puede convertirse en un vicio, que aplique a todas las materias que necesitan su comprensión.
Educación Cinematográfica
Vistos todos estos inconvenientes, es necesario señalar que, una vez superados, el cine puede convertirse en un elemento positivo de la educación del niño y de su desarrollo personal. Pero, para conseguirlo, es necesario lograr que los niños adquieran una capacidad crítica suficiente frente a las imágenes de la pantalla, lo que puede realizarse con una educación cinematográfica, y un lugar muy apropiado para obtenerla es en las escuelas. También los padres pueden contribuir a esta educación escogiendo y seleccionando películas que sus hijos deben ver y, además, estableciendo con ellos un dialogo que facilite su comprensión y la expansión de las sensaciones que el niño experimenta y las vivencias que va adquiriendo. Hay que procurar compaginar los programas de tal manera que, al final de los mismos, el niño no salga ni más excitado ni más asqueado que al empezar.
Cuando se consiga una educación cinematográfica en la mayoría de la población infantil, las demandas de esta población forzarán a los importadores y empresarios de películas a suministrar un material mucho más apropiado que el que actualmente se presenta en los cines, incluyendo los dedicados al público infantil exclusivamente. Porque sería ingenuo pensar que el cambio se produjera a la inversa. Es decir, el empresario solo sólo suministrará películas adecuadas e interesantes a la mentalidad infantil que pretendamos conseguir, cuando esta mentalidad infantil se haya alcanzado se pretende que el niño llegue a ser capaz de seleccionar sus propias películas, de comentarlas y de vivirlas en comunidad.