Factores que no tomamos en cuenta para motivar y generar aprendizaje significativo, una labor incompleta.

Ya todos conocemos las múltiples falencias que posee nuestro sistema educacional en la actualidad y lo difícil que es encontrar soluciones efectivas, pero, si nos preguntamos dónde están las falencias de la educación, la respuesta difícilmente seria solo en el sistema educacional formal, ¿acaso la educación se lleva a cabo solo en la escuela? para nada, los medios de comunicación, la familia, la ciudad, son todos medios de aprendizaje para los alumnos y debemos saber cómo utilizarlos incluso como objetos de motivación.

Sabemos que en el mundo globalizado en el que nos encontramos es muy fácil encontrar la información, basta con solo hacer un clic para poder leer, ver o escuchar lo que queramos en el momento que lo queramos, y por supuesto que esta situación no es ajena a la educación, es más, debe ser uno de los cambios más fáciles de percibir en nuestras aulas y uno de los más significativos también, esta evolución tecnológica que se genero sin que nos diéramos cuenta cambio la forma de estudiar de nuestros alumnos y de nosotros mismos, las tareas y trabajos de investigación de los estudiantes ya no se llevan a cabo en las bibliotecas, sino que se realizan de manera fácil y rápida en frente a un computador  sin realizar mayor actividad intelectual. Entonces, ¿de qué manera podríamos hacer significativo el aprendizaje de los alumnos?, al parecer la implementación del internet no es suficiente.

¿Qué motiva a nuestros alumnos? (no vayan a pensar “nada”) como hemos ido viendo a lo largo de nuestro blog , y en general a través de nuestras prácticas, la gente se motiva con diversos factores que dependerán generalmente del individuo y otros que son más generales, tales como: el ejemplo de alguien a quien admiran (María quería llegar a ser inteligente como sus padres), con la innovación al interior del aula (el cine resulta efectivo para relacionar el contenido de las clases con la realidad),  la oportunidad de conseguir una mejor calidad de vida (cosa que no se ha logrado en la escuela), tener un contacto cercano con los alumnos y generar una buena convivencia entre los integrantes de la comunidad escolar es esencial para lograr confianza en nuestros alumnos. A lo anterior le podemos sumar todos los gustos y situaciones personales de nuestros alumnos, sabemos muy bien que al interior de las aulas conviven personas totalmente diferentes unas de otras, así es como a alguno de nuestros alumnos la música le puede parecer ideal para concentrarse e inspirarse, para otro la mejor manera de obtener información podrá ser ver videos y documentales, quizá a mas de alguno le agrade la idea de tener clases en un parque, o que la clase de lenguaje sea realmente lenguaje y no clase de escritura silenciosa. Generalmente lo que hacemos nosotros como educadores, ya sea profesores o padres, es ignorar este tipo de gustos que tienen los alumnos, gustos que influirán en su disposición para esforzarse e incentivarse con las materias. De forma general estos gustos (u orientaciones hacia algún tipo de trabajo que tienen nuestros alumnos) no son difíciles de conseguir o generar y están bastante cerca de nuestras aulas, todas las escuelas cuentan con monitores, reproductores de música, y por sobre todo, con docentes que puedan hacer bien su labor y solo necesitan abrir sus ojos.

En la medida que los docentes y padres fuésemos incorporando estos gustos de los alumnos e hijos a la rutina diaria de manera equilibrada con la responsabilidad y los conocimientos específicos que se deben entregar, la calidad de la educación aumentaría y nuestro nivel cultural también, asociar los conocimientos específicos con diferentes ciencias y situaciones aumentara la posibilidad de generar el aprendizaje significativo y al mismo tiempo al sentirnos más sabios, autómatas y capaces de aprender, la motivación nos llevara por el camino correcto para crecer como docentes y a los niños como personas sabias.

Pablo Herrera

Estudiante Pedagogía General Básica